Cisjordania sufre un golpe en la economía por los palestinos que perdieron su empleo en Israel
Ibrahim al Qiq, un palestino en Cisjordania que perdió su permiso de trabajo en Israel tras el inicio de la guerra en Gaza, está abatido en la desesperación y arruinado por las deudas, una situación que afecta a miles de personas en este territorio ocupado.
La guerra entre Israel y Hamás transcurre en Gaza, un territorio palestino que está al otro lado de Israel, pero su impacto se siente con fuerza en Cisjordania.
Israel canceló los permisos de trabajo de los palestinos de Cisjordania ocupada y de Gaza tras los ataques de Hamás del 7 de octubre, que desencadenaron la guerra, dejando a muchos como Qiq con dificultades para subsistir.
Qiq, que tiene 37 años y es padre de tres hijos, trabajaba como obrero de la construcción en Israel y recibía un sueldo de 6.000 séqueles (1.615 dólares).
"Ya gastamos lo que cobré", relató a AFP "Nuestras deudas se acumulan y necesitamos comprar alimentos y pagar el arriendo de nuestras casas y el agua y la electricidad".
Para cubrir sus gastos tuvo que pedir prestados casi 7.000 séqueles.
Qiq vive en Jaras, un pueblo montañoso cerca de la ciudad cisjordana de Hebrón, que tiene unos 12.000 habitantes. Un 70% de su fuerza laboral cruzaba cada día los puestos de control para trabajar en Israel, según el municipio.
El resto trabaja para el gobierno de la Autoridad Palestina, que tiene dificultades para pagarle a su personal debido al declive económico por la guerra.
Israel suprimió 130.000 permisos de trabajo para los palestinos de Cisjordania y retuvo 600 millones de séqueles (160 millones de dólares) en impuestos sobre bienes palestinos, indicó Manal Qarhan, funcionario del Ministerio de Economía palestino.
El funcionario indicó que su administración pierde 24 millones de dólares diarios por la merma de impuestos y la caída del turismo de los palestinos radicados en Israel.
- Vender las joyas -
La guerra en Gaza fue desencadenada por el ataque sin precedentes de combatientes de Hamás en el sur de Israel el 7 de octubre que dejó cerca de 1.200 muertos, en su mayoría civiles, según las autoridades israelíes.
En respuesta, Israel prometió aniquilar al movimiento islamista palestino y lanzó una ofensiva en Gaza que ha dejado más de 18.400 muertos, en su mayoría mujeres y menores de edad, según el Ministerio de Salud controlado por Hamás.
Los trabajadores palestinos no reciben ninguna prestación por desempleo del gobierno israelí ni de la Autoridad Palestina.
"Aquellos cuyas esposas tenían joyas de oro las vendieron para alimentar a sus hijos", contó Tareq al Hlahla, un desempleado que lucha por mantener a una familia extendida de diez personas.
Jamil Siaara, un obrero de la construcción sin empleo, afirmó que su "futuro no está claro".
"Siento estrés mental y no tengo ningún ahorro", resumió.
- "No hay esperanza" -
La economía local también sufre las consecuencias.
Ahmed Radwan, dueño de un supermercado en Jaras, dijo que las ventas cayeron 70% y que ya no otorga crédito, después de que las deudas de los clientes alcanzaron 40% de las ventas.
La gente compra solo "cosas básicas como leche, arroz, azúcar y harina, y quienes compraban pan ahora compran solo medio bollo", relató Radwan.
Tuvo que despedir a tres de sus seis empleados, y otros dos se irán este mes.
"No hay esperanza", lamentó.
La violencia también aumentó en Cisjordania, donde las fuerzas israelíes realizan redadas frecuentes.
Según la Autoridad Palestina, unos 270 palestinos han muerto en Cisjordania a manos de fuerzas o colonos israelíes desde el inicio de la guerra.
Israel "instaló unos 130 puestos de control militar permanentes y móviles en Cisjordania, obligando a los palestinos a utilizar caminos alternativos que son extremadamente peligrosos porque los exponen a ataques de colonos", indicó el Ministerio de Economía palestino.
Los puestos de control agravan el impacto económico, según los habitantes, porque complican el transporte de productos agrícolas y trabajadores.
T.Parisi--RTC