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Luces y sombras del sector aeronáutico antes de un gran salón en el Reino Unido
Luces y sombras del sector aeronáutico antes de un gran salón en el Reino Unido / Foto: Alberto Pezzali - Pool/AFP

Luces y sombras del sector aeronáutico antes de un gran salón en el Reino Unido

El salón aeronáutico de Farnborough, en el Reino Unido, acoge a partir del lunes a un sector con luces y sombras: los pedidos de aviones y los presupuestos de defensa se han disparado, pero en el día a día la producción enfrenta persistentes dificultades.

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Unos 75.000 profesionales y más de 1.200 expositores están citados durante cinco días en este aeropuerto del suroeste de Londres, que en general se utiliza para vuelos de negocios. El salón, bienal, es una de las más importantes del mundo.

Esta gran feria del sector se celebra en un momento boyante para el tráfico aéreo mundial, que debe superar este año su actividad de antes de la pandemia y duplicar en 20 años el número de pasajeros hasta los 8.600 millones, según las previsiones de la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA).

Una perspectiva alentadora para los fabricantes, como Airbus, que prevé que en las próximas dos décadas el mundo necesitará más de 42.000 nuevos aviones.

A raíz de la invasión rusa de Ucrania y del creciente poder militar de China, también se acelera el gasto en defensa, que en 2023 alcanzó el récord de 2,3 billones de dólares a nivel mundial, según las estimaciones del Instituto Internacional de Investigación sobre la Paz de Estocolmo.

"Este año, las ramas militar y espacial van a a ser las estrellas del salón habida cuenta del entorno geopolítico", pronostica Jérôme Bouchard, experto aeronáutico en la consultoría Oliver Wyman.

En cambio, no hay que esperar "grandes novedades" respecto a la aviación comercial. "Vamos a seguir con las tendencias observadas (...) el año pasado de los aviones descarbonizados y los EVTOL", vehículo voladores eléctricos de despegue y aterrizaje vertical.

- Duelo discreto -

El tradicional duelo de pedidos entre los dos gigantes del sector, Airbus y Boeing, será en esta ocasión discreto.

"Antes, los salones eran la ocasión de sacar músculo a nivel comercial asegurando buenos pedidos", explica Bouchard. "Puede que los haya, pero no se espera ya a los salones para hacer grandes anuncios comerciales", avanza.

Airbus anunció a principios de julio un pedido de la aerolínea filipina Cebu Pacific de 152 aparatos. Y Boeing informó esta semana de un contrato 35 aeronaves 737 MAX para el arrendador Aviation Capital.

Fuentes en ambos fabricantes explican que la feria es la ocasión ideal para entablar discusiones comerciales, pero que el anuncio de un eventual acuerdo depende mucho de la voluntad del comprador.

En el último año, la cartera de pedidos para Airbus y Boeing ha aumentado un 18% hasta rozar los 15.000 aparatos, pero las entregas solo han aumentado un 11% en este intervalo.

"El pedido claramente no es el problema principal de la industria", subraya Pascal Fabre, experto en la consultoría AlixPartners. Lo que hace falta es producir los aviones ya pedidos.

- Ningún Boeing en pista -

El fabricante europeo quiere asegurar su cadena de montaje, constreñida por las dificultades de los proveedores debilitados por la pandemia, el aumento de tasas de interés y las dificultades para encontrar mano de obra.

Esto llevó a Airbus a retrasar un año, hasta 2027, su objetivo de producir 75 modelos A320 al mes y prevé entregar este año solo 770 aviones, en vez de los 800 a los que aspiraba inicialmente.

"Nuestra trayectoria está en peligro", dijo inquieto el responsable de Aviación Comercial en la empresa, Christian Scherer, que anunció a la plantilla un programa de reducción de costes y una congelación de las contrataciones.

Por su parte, Boeing continúa enredado desde hace meses en problemas de producción y de calidad de sus tres aviones comerciales 737, 787 y 777, que dieron lugar a varias investigaciones.

Hasta que estas cuestiones no queden solventadas la empresa ni se plantea incrementar el ritmo de producción, insisten sus dirigentes, y más teniendo en cuenta que la FAA, el regulador estadounidense, limitó la producción de 737 MAX hasta entonces.

El fabricante estadounidense también enfrenta la amenaza de una huelga si las negociaciones salariales en curso no dan resultado.

En Farnborough, Boeing prevé mantener un perfil bajo y anunció haber "ajustado su presencia" para "concentrarse en el refuerzo de la seguridad y de la calidad y el respeto de los compromisos con sus clientes". Así las cosas, no habrá ningún avión de Boeing expuesto en la pista.

Y.Schmitz--RTC