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El poder chino celebra su gran cónclave anual bajo la sombra de los aranceles de Trump
El poder político de China se reúne la próxima semana en dos importantes cónclaves a puerta cerrada para elaborar estrategias que protejan su debilitada economía ante la guerra comercial del presidente estadounidense Donald Trump.
Aunque las grandes decisiones ya están tomadas por la cúpula del Partido Comunista, las reuniones simultáneas de la Asamblea Popular Nacional y de un importante órgano asesor, conocidas como "Dos Sesiones", permiten conocer las prioridades y preocupaciones de China.
En vísperas de la reunión, el presidente chino, Xi Jinping, admitió que la economía del país se enfrenta a "numerosas dificultades", en un artículo que se publicará esta semana, informaron los medios estatales el viernes.
Pero Xi también subrayó que "las condiciones que apoyan el crecimiento a largo plazo y la trayectoria positiva general no han cambiado".
Todas las miradas estarán puestas en la apertura de la sesión parlamentaria de la Asamblea Popular Nacional, el miércoles, donde el primer ministro Li Qiang desvelará las metas de crecimiento económico y el gasto militar de China para 2025.
Los analistas consultados por la AFP coinciden en que Pekín se fijará un objetivo de alrededor del 5%, como el año pasado. Muchos de estos expertos lo consideran ambicioso teniendo en cuenta las dificultades del país y la reticencia de los dirigentes a aplicar grandes planes de estímulo.
"Desde el vacilante mercado inmobiliario al débil consumo de los hogares, además del desempleo juvenil y los aranceles, la economía pasa por un momento duro", dijo a la AFP Harry Murphy Cruise, jefe de economía de China y Australia en Moody's Analytics.
"Cualquiera de estos desafíos sería un dolor de cabeza para los dirigentes. Combinados, son una migraña", agregó.
- Más impredecible -
En lo alto de la agenda, probablemente esté Trump. En un mes en la Casa Blanca, el magnate sacudió el orden internacional y se demostró más impredecible que en su primer mandato.
En cuanto a China, el presidente estadounidense impuso aranceles adicionales del 10% a todos los productos importados del país asiático y amenazó con añadir otro 10% a partir del martes.
"Si la parte estadounidense insiste en seguir su senda, la parte china tomará todas las medidas necesarias para defender sus derechos legítimos e intereses", replicó el viernes el Ministerio de Comercio.
También se prevé que Trump intensifique la estrategia de su predecesor Joe Biden para apartar a China de la cadena de suministro mundial de chips avanzados y otros materiales tecnológicos sensibles.
Esta campaña empujó a Pekín a una política de autosuficiencia tecnológica que, por ejemplo, llevó a las autoridades a invertir en mayo de 2024 más de 47.000 millones de dólares en semiconductores.
"Pekín considera que un impulso masivo liderado por el partido en investigación, innovación, comercialización, producción y digitalización puede crear nuevos factores de crecimiento económico", dijeron los analistas Neil Thomas y Jing Qian de Asia Society en un boletín.
China confía en "reemplazar el sector inmobiliario y generar ganancias en la productividad que ayuden a mitigar problemas vinculados a la deuda, la demografía o la dependencia de Occidente", sostuvieron.
Los analistas también consideran que los planes de Trump también pueden animar a Pekín a reforzar las medidas de apoyo económico aprobadas el año pasado, como recortes de tipos de interés, alivio de la deuda de los gobiernos locales y subsidios a la compra de casas.
"Esperamos que China aumente las políticas de apoyo en respuesta al gran impacto externo de Estados Unidos", apuntó Wang Tao, economista jefa para China de UBS.
- Crisis inmobiliaria -
Otro problema grave es el consumo doméstico. La demanda interna lleva tiempo aletargada en la segunda economía mundial, lo que alimenta una espiral deflacionaria y de bajos precios.
Las raíces del problema son profundas, vinculadas a una falta de confianza en una economía que, tras décadas con ritmos de crecimiento de dos dígitos, languideció con la pandemia del covid-19.
La persistente crisis en el mercado inmobiliario, antes motor de crecimiento y ahora hundido por las deudas, se ha convertido en un símbolo de la situación.
El mes pasado, los precios de la vivienda nueva en las ciudades más desarrolladas de China, conocidas como "de primer nivel", cayeron un 3,4% interanual, indicó la Oficina Nacional de Estadística.
El declive fue todavía más pronunciado en las ciudades de segundo y tercer nivel, donde los precios cayeron un 5 y un 6% interanual, según los mismos datos.
"Nuestro diagnóstico de los problemas de China continúa vinculado a la vivienda", afirmó Louise Loo, de Oxford Economics.
"Superar estos fuertes bucles negativos en la economía este año debería ser la tarea principal de los dirigentes políticos", agregó.
A.Romano--RTC