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El líder de Valencia, acorralado por sus cambios de versión sobre las inundaciones
Cuatro meses después de las inundaciones que mataron a 224 personas en Valencia, sigue sin saberse muy bien dónde estaba y qué hacía aquel día Carlos Mazón, el presidente de esta región española, que volvió a cambiar de versión esta semana y resiste en el cargo a los llamamientos a su dimisión.
"A las 20h28 llegué" al centro de emergencias (Cecopi), dijo el miércoles Mazón, dando por primera vez la hora exacta en la que se personó en el centro donde se estaba gestionando la respuesta a los hechos del fatídico 29 de octubre. Una captura de una imagen de las cámaras de seguridad difundida por su Gobierno apoya esta tesis.
Unos 17 minutos antes, a las 20h11, las autoridades habían enviado una alerta a los celulares de todos los ciudadanos valencianos avisando del peligro de las lluvias torrenciales.
Pero la alerta llegó cuando la mayoría de las víctimas ya habían muerto ahogadas en sus casas o arrastradas por la crecida en las calles, según afirma el sumario judicial del caso, dado a conocer esta semana por la prensa española.
Hasta el miércoles, Mazón, el encargado de responder a una catástrofe según el reparto de competencias definido por la Constitución, sostenía que se personó en el Cecopi pasadas las 19h00. Cuando un periodista le señaló este cambio de versión, respondió airado: "¡las 20H28 son después de las 19H30, es un hecho fáctico, ¿no?!".
- De cantante melódico a "zombi político" -
Sigue sin saberse que hizo Mazón entre la hora del almuerzo y su aparición en el centro de emergencias, en torno a seis horas después. Tras ofrecer varias versiones sobre este punto, acabó admitiendo que mantuvo un almuerzo privado con una periodista en un restaurante de Valencia.
Bien temprano por la mañana, ese 29 de octubre, la agencia meteorológica española (Aemet) decretó en Valencia una alerta roja, la más alta, pero Mazón mantuvo el almuerzo.
Hasta entonces, este licenciado en Derecho de 50 años, casado y con dos hijos, cuya trayectoria política empezó en 2007 como concejal de un pueblo de 10.000 habitantes y tuvo su momento culminante en 2023 con su elección como presidente regional de Valencia por el Partido Popular (PP, primer partido de la oposición al gobierno de izquierdas), aparecía como un político conciliador y con don de gentes.
Su pasado poco exitoso de cantante melódico del cuarteto Marengo, con un intento fallido de representar a España en Eurovisión, le valía ciertas simpatías.
Hoy, sin embargo, le persiguen los gritos de "¡Mazón, dimisión!", por la calle y en todos los actos. Este sábado, la ciudad de Valencia será escenario de la quinta gran manifestación en su contra -130.000 personas acudieron a la más numerosa-, y la oposición le trata en los términos más duros.
"Mazón es un inútil, un mentiroso y un zombi político. Por favor, que se vaya", dijo el miércoles el diputado español de izquierdas Gabriel Rufián.
- La justicia estrecha el cerco -
El Partido Popular mantiene su apoyo a Mazón, aunque su líder nacional, Alberto Núñez Feijóo, se abstuvo el miércoles de defenderlo cuando la prensa le preguntó por él en los pasillos del Congreso.
Quien sí salió en su defensa fue un portavoz del PP en el Congreso, Juan Bravo, que dijo que Mazón "está trabajando todos los días dando la cara".
El PP ha preferido hasta ahora centrarse en reprochar al Gobierno del socialista Pedro Sánchez que tardara, según sostienen, en acudir al rescate de Valencia o en canalizar las ayudas a los damnificados.
La pregunta de cuánto tiempo podrá aguantar en el cargo está en el aire -él dijo que hasta las elecciones de 2027- y hay voces que atribuyen sus bandazos al cerco judicial, porque el sumario ha concluido y ahora podrían llegar las imputaciones penales.
"Mazón ahora se mueve en clave penal, para salvar su horizonte judicial, y eso, lejos de ayudarle políticamente, todavía socava más su posición", estimaba Julián Quirós en una columna en el diario conservador ABC.
Una tesis compartida por el Gobierno de Sánchez, cuya delegada (prefecta) en Valencia, Pilar Bernabé, sostuvo que "se ha pasado, quizá, de una versión de defensa política a una versión de defensa judicial".
M.Tran--RTC